
Todas las personas nos encontramos inmersos, en un momento u otro, en una amplia variedad de preocupaciones como padres, hermanos, hijos, trabajadores, etc., en relación a aspectos de salud, bienestar, deuda externa, etc. Mientras que las personas proactivas utilizan su tiempo y energía en actuar dentro de sus zonas de influencia, esto es, en aquellos aspectos de su vida donde tiene cierto control, las personas reactivas solo tienen como su principal foco de atención su zona de preocupaciones, donde el individuo no tiene ningún control sobre los elementos, provocándole actitudes negativas que se reflejan en acusar a los demás de sus problemas o a todo tipo de situación externa.
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